La pandemia y la crisis producto del covid-19 cambió las dinámicas del trabajo a las que estábamos acostumbrados y con las que nos sentíamos cómodos. En Estratek tenemos clientes que expresan su propósito de volver a trabajar en las súper instalaciones tan pronto como vuelva la “normalidad”.

Es común que haya empresas a las que les resulte difícil salirse de la zona de confort, abandonar el territorio en el que se es experto genera incomodidad y fricción. La excusa para anhelar una normalidad que parece lejana es que su talento humano no está listo, sus hogares no están preparados, ni sus hijos o esposos, para generar un ambiente laboral.

Mencionan que la gente ha dejado de ser productiva, no conocen el funcionamiento de las nuevas tecnologías, ni coordinan o lideran a sus familias, por lo que la autonomía y la disciplina que se requiere no es la adecuada. Por supuesto, al otro lado de la moneda, los colaboradores expresan disconformidad con las empresas porque no tienen empatía por su situación en casa. 

Mi opinión es que las empresas deben estar listas para adaptarse rápido, la realidad se ha transformado y el mundo jamás volverá a ser igual, la normalidad que anhelan desapareció. El mundo se convirtió en un hábitat donde un nuevo virus no tardará 100 años en nacer y convertirse en epidemia, sino 10 años o menos. Constantemente vamos a tener que afrontar cambios y desafíos, bien sea bajo el nombre de un nuevo covid, un ataque cibernético o una crisis económica.

La pandemia levantó un velo que dejó al descubierto nuestra incapacidad para reaccionar. Debemos entrenarnos para asumir los cambios y sobrevivir. Como mencioné, no se trata de volver a una normalidad conocida, el objetivo es estar listos para afrontar retos que no estaban en el radar. Ante la incertidumbre se debe responder con autonomía, agilidad, recursividad y resiliencia. La clave para transformar la realidad será el emprendimiento y la disrupción: amar el riesgo y los retos emergentes.

El nuevo turismo de trabajo

Tanto los hoteles como el turismo en general sufrirán grandes cambios. En cuanto al turismo de trabajo revisé una iniciativa llamada Live Beyond, donde deja de significar la visita a un cliente en una ciudad o país y se convierte en una forma de trabajar a distancia, combinando bienestar y mindfulness; el instrumento del turismo y las redes globales de trabajadores están construyendo nuevos estilos de vida integrales, donde el trabajo remoto se combina con el placer de viajar y conocer lugares en el mundo entero.

 

 

Durante la cuarentena de 2020 en Estratek pusimos a prueba algo que estaba en el tintero y que la pandemia nos “obligó” a darle vida – amo el covid-19 porque a pesar de las sombras, había rayos de luz que despertaron experiencias positivas-  el nombre de este proyecto es la estrategia Startup First, donde emprendemos y, luego de encontrar una mina de oro, invitamos a un corporativo a participar.  

Adicionalmente, creamos un proyecto que buscaba arrendar objetos disponibles y sin uso en hogares, para que pudieran ser utilizados por los que no tenían acceso a estos elementos y que además no iban a poder obtenerlos por el aislamiento. Empezamos por artículos de deporte y nos dimos cuenta de que iba a ser una idea temporal, pero que el trabajo en casa y  el arrendamiento de artículos para mejorar las condiciones laborales iban a quedarse para siempre.

La experiencia nos permitió descubrir que la gente valora inmensamente poder estar cerca de los suyos, no tener que gastar tiempo transportándose todos los días hacia una oficina, entender la realidad académica de sus hijos o poder compartir más tiempo con sus mascotas. Si bien, la gente quiere volver a espacios donde pueda interactuar con sus compañeros de trabajo, clientes y amigos, no quieren perder esa conexión con el resto de su vida que descubrieron gracias a la cuarentena. Volver a la normalidad no es posible, de cierta forma, probamos algo que no queremos perder.

Work from anywhere 

Hay una nueva tendencia llamada  Work from anywhere future”, donde el trabajo en casa y el trabajo en oficina son unas de todas las modalidades; las personas entienden que quieren estar conectadas a lo que más les interese en el momento. Lo anterior, debido a que como seres humanos cambiamos de filosofía, ideas, gustos o criterios en las etapas de nuestra vida.

La disparada venta de parcelaciones y la migración de personas a espacios tranquilos, totalmente contrastantes con el caos de la ciudad, están llevando oportunidades de desarrollo económico a poblaciones que anteriormente solo vivían de la agricultura. Estas periferias empiezan a llenarse de habitantes que desarrollan softwares, diseñan proyectos o trabajan en servicio al cliente de una aerolínea (aunque el aeropuerto más cercano esté a 6 horas). En esta nueva realidad las personas van a querer cambiar de ambiente, peregrinar en el Camino de Santiago por 12 meses y trabajar mientras hacen pausas semanales.

Conectar al talento humano

Las personas quieren conectarse con lo que les importa. Si las compañías quieren adquirir talento humano, van a tener que aceptar que deben “acompañarlos” a donde ellos vayan. Esto nos va a permitir a los empresarios y emprendedores corporativos contar con talento global, donde la diversidad, los conocimientos, experiencias y puntos de vista son infinitos y nos enriquecerán para hacernos más competitivos. 

El gran reto de las empresas es adaptar las condiciones de salud en el trabajo, crear una cultura de la autogestión y la responsabilidad donde la clave sea siempre la comunicación entre equipos. Si quieren mantener conectado al talento la retención no es el camino, se debe permitir la conexión para que el cable nos siga a donde sea (bueno, es evidente que con un cable va a ser ineficiente, debemos recurrir a las nuevas tecnologías). Hay que darle la bienvenida a la nueva normalidad y adaptarse para no desaparecer. 

Nueva llamada a la acción