El emprendimiento corporativo es una tendencia reciente en la que grandes industrias del mundo han empezado a adaptar estrategias de innovación con el objetivo de encontrar nuevos mercados en los cuales entrar y competir. Es una manera diferente de abordar la innovación, dado que lo que se busca es diseñar modelos de negocio centrados en las necesidades del cliente, que contrasta con lo que se hace normalmente al interior de una compañía: ampliar el mercado bajo la infraestructura establecida.
Nuestro propósito como emprendedores corporativos es derribar mitos, temores y reglas que existen dentro de las organizaciones, con el fin de encontrar oportunidades de mercado, bien sea en el mismo sector en el que opera la compañía o en algo completamente diferente.
Retos del intraemprendimiento corporativo
El reto más importante que afronta un emprendedor corporativo está relacionado con la cultura organizacional; las ideas nuevas son difíciles de defender, la gente no las aterriza de la manera esperada. Por lo anterior, el primer cambio está relacionado con abrir la mente a la llegada de nuevas ideas, pues en la medida en la que estas se van desarrollando, también se va aprendiendo. Es importante que las organizaciones cuenten con equipos de emprendedores corporativos que sepan pivotar, resguardar y soportar los proyectos de innovación.
“El primer cambio está relacionado con abrir la mente a la llegada de nuevas ideas, pues en la medida en la que estas se van desarrollando, también se va aprendiendo”.
Debemos cambiar el chip para entender que el intraemprendedor tiene la cultura de fallar rápido y barato, precisamente de eso se tratan las metodologías de emprendimiento, donde se busca que con una mínima cantidad de inversión de dinero y de tiempo se pueda descubrir cuáles son las necesidades que tiene un usuario y, alrededor de estas necesidades y problemas, construir un modelo de negocio.
En contraste, en la compañía grande se invierte una importante cantidad de dinero para un proyecto en específico, se apuestan muchos recursos y fallar se convierte en un sinónimo de derrota. Para el emprendedor corporativo, fallar es simplemente mover un poco la dirección del rumbo y buscar nuevas alternativas.
Diferencia de un emprendedor corporativo y un emprendedor de calle
Como emprendedor corporativo se tiene todo el respaldo de una organización que tiene mucho conocimiento en alguno o varios sectores de la economía, esto permite que podamos abrir o desbloquear puertas de una manera más ágil: si un proyecto tiene respaldo también tendrá unos recursos que probablemente un emprendedor común no va a tener, sobre todo en las etapas más tempranas.
El emprendedor corporativo utiliza metodologías ágiles
Cuando hablamos de metodologías, lo que buscamos como intraemprendedores es desarrollar una solución centrada en el usuario, enfocados en el ‘Design Thinking’ en donde se formulan unas hipótesis, ideaciones y validaciones para saber cómo las personas afrontan un problema determinado.
“Como emprendedor corporativo se tiene todo el respaldo de una organización que tiene mucho conocimiento en alguno o varios sectores de la economía”.
Se comienza a prototipar una solución, aplicando dos metodologías, la Lean Startup, enfocada en la experimentación rápida, validando con el usuario las funcionalidades de un proyecto, y la metodología Sprint, en donde se definen objetivos, se hace un seguimiento diario y se miden los resultados, permitiendo que se hagan iteraciones rápidas, de una forma sencilla y económica.
Práctico como modelo de negocio basado en la inteligencia artificial
Práctico lleva alrededor de un año de crecimiento, su objetivo es generar una nueva forma de llegar al mercado, es decir, un nuevo canal de venta para la compañía para la cual se está trabajando.
En un principio se realizaron diferentes experimentos, formulando hipótesis que se validaban o no en los primeros meses, lo que permitió proponer diferentes modelos de negocio, y en medio de las validaciones, eliminar aquellos que no tenían el potencial de escalar.
Felipe Rivera, líder de Práctico explica que: «Al final, quedamos con dos proyectos, estuvimos acelerando ambos al mismo tiempo hasta que la pandemia nos hizo cambiar de paradigma y decidimos quedarnos solo con uno de los dos».
Práctico es un modelo de comercialización de productos a través de neveras inteligentes, donde se usa la tecnología del internet de las cosas y la inteligencia artificial para llevar productos de conveniencia, antojo o indulgencia a diferentes segmentos.
Este modelo es muy similar a Amazon Go en Estados Unidos, en donde las personas entran a una tienda que no tiene cajeros, se registran por medio de su celular, ingresan a la aplicación y toman los productos que necesitan. Al salir la tienda, la app procesa los ítems y los carga a su medio de pago.
«En Práctico hacemos lo mismo pero en una escala más pequeña, a través de una nevera que tiene exactamente las mismas características y tecnología, permitiéndole al usuario comprar sin contacto físico, sin hacer filas y sin usar efectivo», enfatiza Felipe.
Se busca acercar los productos a los puntos en los que el usuario pasa la mayor parte de su día, como las oficinas, unidades residenciales, colegios y universidad, en una nueva normalidad donde se evita el contacto físico.